martes, 28 de febrero de 2012

Somos iguales, aunque yo soy mejor...

      Desde que me he involucrado más en el tema de la mediación intercultural, casi cada día me encuentro con una situación digna de ser contada. Así que, ahí va otra de mis anécdotas:
      Una tarde, dos amigas hablaban de una tercera amiga de origen libanés, que se acababa de casar con un hombre de origen argelino. La primera amiga le confesaba a la segunda que le parecía todo muy precipitado y que no creía conveniente que la tercera amiga se casara con un hombre argelino.
A esta confesión inesperada, la segunda amiga preguntó a la primera que qué tenía de malo que se casara con un hombre argelino, que lo importante era que se quisieran y se respetaran.
La primera amiga pensó un segundo y le explicó con toda la seguridad del mundo, que lo que tenía de malo era que todos los marroquíes y los argelinos eran unos ladrones.  
      Ahora es cuando todos empezamos a reír y a pensar que la ignorancia es muy atrevida. Que en realidad aún queda mucho por trabajar con la población para haya un acercamiento entre culturas. Es el momento de decir que tenemos que acabar con los estereotipos y la intolerancia. TOTALMENTE DE ACUERDO.
Pero, el quid de la cuestión de esta interesante charla entre amigas, es que la primera mujer, la que está en contra de ese matrimonio es jordana y la segunda mujer, ¡es marroquí!
Creo que con esta situación queda bien patente el poder de la mente y de lo testarudos que podemos llegar a ser. Resulta que la mujer jordana se ha abstraído por completo del marco que rodea a la mujer marroquí y se ha centrado únicamente en el tipo de persona que es; por eso son dos buenas amigas. Y sin embargo, sigue manteniendo sus prejuicios hacia el resto de los argelinos y los marroquíes...
Es interesante el origen de las interlocutoras porque se trata de dos nacionalidades que tienen en común varios puntos, como que tanto los jordanos, como los argelinos y los marroquíes son árabes, comparten una lengua (con sus variaciones, de acuerdo, pero el mismo idioma al fin y al cabo) y probablemente la misma religión, por no hablar de ciertas costumbres o tradiciones...
Ahí queda esta historia con varias moralejas:
1.- Conozcamos mejor a los demás, sean de donde sean (y más si son nuestros primos hermanos culturales).
2.- Olvidemos los prejuicios, no sólo con los amigos sino con el resto de personas que nos rodean (seguro que acabamos siendo un poco más ricos, culturalmente hablando).
Y por último y más importante:
3.- PENSEMOS Y LUEGO EXISTAMOS. Pensar un poco antes de hablar nunca está de más, nos evitaremos situaciones incómodas.

domingo, 12 de febrero de 2012

       Interculturalidad. ¿Somos conscientes de lo que es, o de que existe? Desde hace bien poco indago sobre conceptos como la mediación intercultural, la integración, la convivencia... Y lo cierto es que rápidamente he comprobado lo que significan estos términos para algunas personas ajenas a la inmigración.
      Días atrás conocí a alguien que me preguntó qué estudiaba. Yo le respondí que en estos momentos me dedico a hacer un curso sobre mediación intercultural. Sin embargo, mi interlocutor hizo una mueca indicándome que no sabía qué es la mediación intercultural. Como acababa de conocer a esa persona y tampoco tenía mayor importancia este tema dentro de la conversación, le dije simplemente que se trata de ayudar a los inmigrantes con trámites burocráticos y como apoyo en general. A ésto, me respondió negando con la cabeza, y diciendo "no te metas en problemas...".
Me hizo pensar, y me di cuenta de lo desconectados que podemos llegar a estar de una realidad tangible y visible en el día a día.
Obviamente, esta persona no ha tenido la necesidad de emigrar porque disfruta de una vida bastante acomodada; además, pude comprobar que tiene criterios diferentes para calificar a una persona de inmigrante o no. Si se puede hacer negocio con el inmigrante en cuestión, entonces es un hombre de negocios, pero si es un recién llegado o alguien que todavía no consigue ubicarse en España, entonces se trata de un inmigrante de patera con el que es mejor no juntarse.
      Seguramente, esta persona no se ha parado a pensar que el "hombre de negocios" llegó a España con los bolsillos vacíos y que gracias a la ayuda de los autóctonos es quien es. Posiblemente no sea consciente de que sin ese proceso de integración no estaría haciendo negocios con los que se está lucrando.
      Desde luego, cuánto nos queda por aprender...

jueves, 2 de febrero de 2012

Presentación

Doy la bienvenida a todos los interesados en la interculturalidad dentro de nuestra sociedad.
Y son las 18.36 de la tarde.